Encanto y misticismo en Koyasan: Un retiro espiritual en el monte sagrado.
Si buscas una experiencia de retiro espiritual en Japón, no hay lugar más adecuado que Koyasan. Este monte sagrado, rodeado de bosques de cedros milenarios, es el epicentro del budismo Shingon, una rama esotérica del budismo japonés.
Koyasan, ubicado a unos 900 metros de altura en la prefectura de Wakayama, es la cuna del monje Kukai, también conocido como Kobo Daishi, un personaje histórico que fundó el templo Kongobuji en el siglo IX. Desde entonces, Koyasan ha sido un lugar de peregrinación y meditación para monjes y laicos budistas.
El encanto de Koyasan comienza en el camino hacia allí. Para llegar a la aldea montañosa, uno debe tomar un teleférico desde la estación de Gokurakubashi, que tarda unos cinco minutos en subir la pendiente empinada. Una vez llegado a la cima, el visitante se siente transportado a otra época, con sus antiguas casas de madera, sus templos budistas y sus numerosos cementerios donde los japoneses han honrado a sus antepasados durante siglos.
A pesar de su importancia religiosa, Koyasan es un lugar tranquilo y relajado, donde uno puede descansar y desconectar del estrés de la vida diaria. El ambiente de la aldea es muy propicio para meditar, caminar, leer o simplemente disfrutar de la belleza natural que la rodea. Los templos ofrecen cursos y retiros de meditación, así como la posibilidad de asistir a ceremonias budistas, donde se pueden observar la danza de monjes vestidos con túnicas coloridas y se escucha el sonido de tambores y campanas.
Los visitantes también pueden alojarse en templos tradicionales, conocidos como shukubo, donde se les tratan como peregrinos y se les ofrece una experiencia auténtica y única. En estas casas, el viajero duerme en futones sobre tatamis, come comida vegana, y tiene la oportunidad de conversar con monjes y aprender sobre la vida monástica.
Otro aspecto fascinante de Koyasan es su impresionante red de cementerios. A lo largo de los siglos, los japoneses han creado muchas tumbas para honrar a sus ancestros fallecidos y, por lo tanto, han convertido esta montaña en una especie de cementerio nacional. El más famoso de estos campos de tumbas es el Okunoin, el cementerio más grande de Japón, que alberga más de 200,000 tumbas y monumentos.
El Okunoin es un lugar sagrado, donde la frontera entre el mundo terrenal y el mundo espiritual se desdibuja. Aquí, los visitantes pueden caminar en el silencio, rodeados por una atmósfera de misticismo y solemnidad. En el corazón del cementerio se encuentra la tumba de Kobo Daishi, el fundador del monasterio de Koyasan, que muchos creen que sigue vivo, meditando en un estado de suspensión. Los visitantes pueden ofrecer plegarias y encender incienso en su honor.
Además del templo Kongobuji, Koyasan posee otros lugares de interés turístico. Entre ellos, destaca el templo Danjo Garan, un complejo de grandes edificios y estatuas impresionantes que fue construido para mostrar la grandeza del budismo. Además, si te gusta caminar, puedes recorrer el camino de peregrinación Okunoin, que comienza en el templo Daimon y que abarca cerca de 7 kilómetros, pasando por antiguos templos, puentes de madera y figuras de piedra.
Koyasan es un lugar que puede ser visitado durante todo el año, aunque cada estación ofrece diferentes atracciones turísticas. En primavera, los cerezos florecen y el paisaje se inunda de color rosa; en verano, el clima fresco es ideal para hacer caminatas en los bosques; en otoño, los árboles se tiñen de amarillo y naranja, creando un efecto visual impresionante; y en invierno, la nieve y el hielo cubren la aldea, creando un ambiente de cuento de hadas.
Aunque Koyasan no sea tan conocido como otros destinos turísticos en Japón, es un lugar que merece la pena visitar para aquellos que buscan una experiencia espiritual y un retiro del ruido y el caos de la ciudad. Si decides visitarlo, prepárate para sumergirte en uno de los lugares más entrañables e mágicos del país nipón.